- Venezuela sigue rezagada en la erradicación de la fiebre aftosa en la región, lo cual cierra mercados claves y limita ingresos en divisas, alertan asociaciones ganaderas.
ESPECIAL BARINAS
Mientras países como Brasil y Bolivia celebran haber alcanzado este año la certificación como territorios libres de fiebre aftosa sin necesidad de mantener campañas de vacunación sistemáticas en todos sus estados, Venezuela sigue siendo la gran excepción en Sudamérica.
El país aún no ha logrado el estatus sanitario que abriría sus mercados ganaderos, justo cuando América Latina consolida su posición libre de aftosa. Esta enfermedad viral —altamente contagiosa entre especies de pezuña hendida (vacunos, porcinos, ovinos y caprinos— representa una barrera infranqueable para las exportaciones pecuarias.
Aunque no representa un riesgo para la salud humana, sus efectos económicos son devastadores: restricciones comerciales, pérdidas productivas y la necesidad de implementar controles sanitarios rigurosos.
organismos como la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa (Panaftosa) monitorean de cerca la situación regional.
Actualmente, países como Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Paraguay y Perú han sido reconocidos como libres de la enfermedad. Este estatus les permite exportar animales y productos derivados sin restricciones.
En cambio, la falta de certificación en Venezuela implica barreras al acceso a mercados internacionales y menor competitividad para su sector ganadero.
CUESTIÓN DE ESTADO
Cada año, el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (Insai), junto a la Fundación Venezolana de Servicios de Salud Animal (Funvessa), la Federación de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Venezuela (Confagan) y otras asociaciones impulsan campañas de vacunación, aunque la certificación persiste como meta no alcanzada.
El esfuerzo de vacunación se enfrenta a desafíos como la falta de infraestructura sanitaria, la ausencia de indemnizaciones por “rifle sanitario” y la debilidad del sistema veterinario nacional.
Milton Silva, médico veterinario y director técnico nacional de Funvessa, puntualizó que la erradicación de la fiebre aftosa debe ser “un asunto de Estado”, por su impacto en la soberanía alimentaria y la economía. Asimismo, señaló que se trata de una enfermedad transfronteriza con implicaciones económicas globales, pues más de 100 países carecen del estatus libre.
La falta de certificación sanitaria impide a Venezuela acceder al comercio internacional y generar divisas, añadió José Labrador, presidente de Funvessa y vicepresidente de Fedenaga.
El gremialista insistió en que el retraso de Venezuela refuerza su “deuda moral” con América Latina, que ya avanza certificada hacia estándares sanitarios globales.
“El problema de la fiebre aftosa no afecta sólo el mercado económico de los bovinos, sino a otros productos como el cerdo, el caprino, el ovino, incluso las aves. Tenemos una deuda moral, prácticamente, con América Latina”, explicó Labrador.
De lograrse el estatus, Sudamérica sería el primer continente libre de fiebre aftosa, lo que representaría un hito simbólico y estratégico.
El médico veterinario recordó que los países sin certificación representan una amenaza sanitaria. Esto obliga a las naciones vecinas a reforzar los controles fronterizos (aéreos, acuáticos y terrestres), perfeccionar los sistemas de vigilancia epidemiológica y fortalecer los programas de atención a focos, así como las medidas de mitigación y contención.
Silva también recalcó que, aunque Venezuela no exporta oficialmente, el contrabando de animales y productos es motivo de alarma para los países vecinos.
“Venezuela en sí no constituye una amenaza para la región, puesto que oficialmente no puede exportar animales, productos y subproductos a la región. Son los países vecinos (vecinos) que deben extremar su vigilancia en fronteras para evitar el contrabando y proteger sus fronteras y por ende su país”.
El Centro Panamericano de Fiebre Aftosa y Salud Pública Veterinaria (Panaftosa-SPV) visita anualmente Venezuela para evaluar los avances en el programa de erradicación y asesorar sobre los pasos a seguir.
Mientras no se cumplan los requisitos para la certificación, el país seguirá bajo supervisión internacional. Los ganaderos, pese a reconocer las adversidades, mantienen la meta de erradicar la enfermedad, por lo que urgen mayores compromisos estatales y avances concretos.
Fuente: @cronicauno