- El sector opositor ha mostrado un claro “desprecio” a sus líderes y gobernantes que se arrodillaron al gobierno y quienes tampoco pudieron demostrar que cuentan con el apoyo popular.
Por: El Diario de Los Llanos
El resultado del referendo consultivo sobre la Defensa del Esequibo “despierta los demonios” dentro del partido de gobierno al iniciarse una “casería” en contra de todos los supuestos líderes que no pudieron “mover sus maquinarias” para movilizar al electorado y haber cambiado el concepto de que el madurismo perdió la calle.
En pasillos del partido rojo de Barinas ayer se comentaba sobre la baja votación que esta entidad habría aportado al gobierno en su lucha por el Esequibo, pues según expertos la misma no superó el 10% del patrón electoral.
Algunos osados políticos aseguraron que en este estado habrían votado sólo 473 barineses que representa el 0,20% del electorado, sin embargo, estas cifras fueron rechazadas por directivos del PSUV, quienes aseguran que los números son muy superiores.
Juan Carlos Irrutia aseguró que si es cierto que a lo interno del PSUV ayer mismo se empezó una revisión de los cuadros directivos de Barinas y de todo el país, por cuanto los actuales “jefes” son buenos mostrando simpatía y liderazgo en las redes sociales, pero a la hora de mostrar resultados no cuentan con el apoyo popular, ni siquiera con el incondicional respaldo de los aduladores que los hacen ver como “aceptados” dirigentes.
OPOSITORES
A REVISION
Mientras que por “los lados del gobierno llueve, por los lados de la oposición no escampa”, pues el apoyo irrestricto que los adversarios al gobierno chavista-madurista en las últimas semanas han mostrado al gobierno nacional le ha valido el repudio de la colectividad.
Tras los resultados del referéndum del pasado domingo, algunos opositores se preguntaban dónde se irían a meter luego de esta “derrota” que también los involucra, porque no fueron capaz de mover al pueblo que supuestamente los apoya.
Algunos críticos aseguran que los opositores, sobre todos los gobernantes, tanto del Ejecutivo barinés como alcaldes, cavaron su propia tumba y el rechazo del electorado opositor que había depositado su confianza en el cambio que le aportarían a Barinas durante sus gobiernos.