Israel y las milicias palestinas de Gaza vivían ayer su segundo día de guerra con intensos combates en zonas israelíes cercanas a la Franja donde todavía hay presencia de Hamás, mientras continúan el disparo de cohetes y los bombardeos, con más de mil muertos a ambos lados en un conflicto inaudito.
Ya son más de 700 los muertos en Israel por el ataque por tierra, mar y aire del grupo islamista Hamás que ayer cogió por sorpresa al país.
“Hay un hecho indiscutible. El Estado de Israel va a ganar esta guerra también. No tenemos otra alternativa”, afirmó en un mensaje de ánimo a los ciudadanos el presidente israelí, Isaac Herzog, aunque el desánimo y el “shock” reinan entre la población.
Los heridos llegan a 2.245 y hay 365 graves, mientras Israel sufre un duro impacto emocional por una ofensiva desde Gaza que nadie vio venir, que ha desconcertado a su Gobierno y aparato de Defensa y ha hecho fuerte a Hamás tras humillar a Israel como potencia militar.
“Este fin de semana, Hamás inició una guerra contra Israel con la peor masacre de civiles inocentes en la historia de Israel. Hamás fue más bárbaro y brutal que el Estado Islámico”, afirmó en un comunicado el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari.
“Los días venideros serán largos y difíciles. Hemos pagado un alto precio; pero restauraremos la seguridad al pueblo de Israel”, incidió Hagari.
Al otro lado, los bombardeos de Israel sobre Gaza han dejado al menos 370 muertos y más de 2.200 heridos. Unas cincuentenas de aviones de combate atacaron esta tarde unos 120 puestos en la ciudad gazatí de Beit Hanún, entre los que había puntos desde donde milicianos lanzaban cohetes, concretó el Ejército.