· Algunos barineses aseguran que siempre están trasnochados por la falta del servicio eléctrico.
ESPECIAL BARINASPor: A.G Malestar e impotencia es lo que a diario vienen padeciendo los propietarios de locales comerciales, buhoneros de la zona céntrica y diversas comunidades de esta ciudad capital, producto de los reiterados cortes y bajones eléctricos que se prolongan hasta por cuatro horas consecutivas.Debido a esta tediosa situación, algunos dueños de comercios asiáticos recurren al uso de las plantas eléctricas, las cuales encienden para tener el fluido eléctrico.Estas plantas son colocadas generalmente en las afueras de los comercios para así tratar de mantener activos los puntos de ventas y, de igual forma, iluminar parte de los pasillos principales de las tiendas.Sin embargo, no todos disponen de esta opción. Con los reiterados cortes eléctricos, la mayoría de los comerciantes se resignan a esperar que se normalice el servicio eléctrico.Este restablecimiento de la energía eléctrica, en ocasiones se da pasada las 2 ó 3 de la tarde, lo que no es del agrado de muchos comerciantes y la misma clientela, debido a que se traduce en pérdidas monetarias.«Esta realidad se suscita desde hace semanas y nadie explica el por qué, aunado a que las ventas no se muestran favorables, pese a la existencia del dólar circulante en la calle», dijo Ángel Gabriel, buhonero desde la calle Camejo.«Nos tienes así todos los días. El dueño del local opta por encender la planta, pero nunca es igual. Al menos eso nos permite reactivar los equipos que usamos para mantener la preparación de las fragancias», relató una empleada de una tienda de venta de perfumes.COMUNIDADES La odisea que vive la población barinesa al no contar con este importante servicio público, también está afectando a los sectores populares y urbanizaciones del municipio Barinas.Un ejemplo, es el caso de la parroquia Barinas, donde igualmente se ve afectada parte de la zona céntrica, como panaderías, bodegas y abastos.Mauricio Rondón, habitante por más de 40 años del sector Caja de Agua, parroquia Barinas, manifestó «no aguanto la plaga, y en la madrugada todo es un karma. Ando sonámbulo, pues interrumpen el servicio en la mañana, o sino en la tarde y para rematar; nos dan otra sorpresa en la madrugada, ¿quién puede descansar así?», cuestionó.Otras de las comunidades y urbanizaciones afectadas se trata del barrio Coromoto, Santa Rita, Ezequiel Zamora, urbanización José Antonio Páez, de la parroquia Rómulo Betancourt.Asimismo, reportan esta situación los habitantes de la urbanización Ciudad Varyná y Ciudad Tavacare, viéndose igualmente afectadas zonas aledañas a la parroquia Alto Barinas y parroquia El Carmen.Esto también sucede en sitios de la parte baja de la ciudad. «Cuando no es en la mañana, la quitan en pleno mediodía o peor aún, en la noche y madrugada», dijo Daniela Díaz, afectada. No menos preocupante significa este desalentador panorama para los dueños de carnicerías o abastos, en virtud del riesgo que corren de ver dañarse los alimentos y productos que ofrecen al público.