Sergio Garrido tuvo que esperar para retirarse del lugar, mientras arreglaban el vehículo.
ESPECIAL BARINAS
Redacción: Walter Obregón
El pasado viernes después del acto de presentación de la Memoria y Cuenta del año 2022 del gobernador de Barinas, Sergio Garrido, no faltaron los momentos de «pena ajena», que a más de uno de los que estaban en la plaza Bolívar, los llevó a ponerse las manos en la cabeza y, expresar: ¡Qué raya, vale!
El primer vehículo de la caravana del gobernador, que era una moderna camioneta doble cabina, se quedó sin batería.
En consecuencia, la alarma no se disparó y no respondía ningún comando que permitiera encender el vehículo. Los funcionarios, asistentes y custodios del gobernador, se apresuraron en buscar la solución, pero entre ellos cada uno quería imponer su criterio y nadie la pegó.
En el trajín de encender el vehículo, porque ya debía salir el gobernador, a uno de los funcionarios se le ocurrió probar con la batería del segundo carro de la caravana oficial y, de inmediato salieron del problema.
Aparte de la camioneta donde andaba el gobernador, en la caravana estaba el que cargaba al secretario general de Gobierno, Julio César Reyes y, más atrás, el concejal y yerno del mandatario, Edgar Serrano y, en el siguiente, el hijo de Sergio Garrido.